Cuando una persona padece de Alzheimer se torna indefensa y pasa a depender de la familia, afectando el normal desarrollo de las interacciones entre los miembros del núcleo familiar. Cuando el abuelo enferma, los padres deben brindar más tiempo al cuidado del anciano, acumulan estrés y reducen el tiempo que pasan con los niños. En este escenario, es necesario explicarle a los más pequeños lo que está ocurriendo y procurar brindarles suficiente atención.
Los niños pueden verse afectados por el cambio de relación con sus padres cuando alguno de ellos asume el cuidado de un paciente con Alzheimer, sentirán que no se les brinda la misma cantidad de tiempo que se les entregaba cuando el abuelo o el familiar estaba sano, por esa razón se debe velar porque el niño no se sienta desatendido. En el proceso los niños pueden aprender a tratar a los mayores con respeto, si observan un trato cálido y amable hacia el anciano al cuidado de la familia; además pueden participar en el cuidado del enfermo en algunos momentos puntuales.
Cuando hay adolescentes en la familia, es necesario brindarles un espacio para que puedan expresar sus emociones y vivencias respecto a la situación que vive la familia. Además se debe procurar que los jóvenes pasen suficiente tiempo con sus amigos y participen del cuidado del anciano en ciertos momentos.
Millones de personas en el mundo asumen el cuidado de un familiar con Alzheimer, y esta tarea demanda tiempo, esfuerzo y afecta la salud del cuidador. Se estima que en Estados Unidos son casi dos millones de personas que padecen esta enfermedad, mientras que en Europa 9,9 millones de personas padecen de algún tipo de demencia. Además, se estima que hacia el año 2030 la cantidad de enfermos de Alzheimer llegaría a los 65 millones de personas.
El cuidado de un enfermo de Alzheimer demanda un gran desgaste físico y emocional. Un estudio conjunto de la Federación Alzheimer España (FAE) y el departamento de Psicología Clínica de la Universidad Complutense de Madrid, revela que los cuidadores de un paciente con Alzheimer tienen un peor estado de salud en comparación con la población en general; además, el 30% de estas personas siguen tratamientos con psicofármacos para la ansiedad y depresión, incluso después de la muerte del familiar.
El estudio desarrollado por la FAE indica que en la mayoría de casos es una mujer la que se dedica al cuidado del enfermo (88%), suele ser mayor de 60 años (52%) y no trabaja fuera de su hogar (72%). El cuidado del paciente de Alzheimer lo asumen en el 60% de los casos los hijos, y en el 40% de los casos los cónyugues. En promedio estas personas dedican cerca de 18 horas diarias al cuidado del paciente, en promedio durante seis años.
El Alzheimer afecta el normal funcionamiento de la dinámica familiar y es necesario que los gobiernos adopten medidas para luchar contra esta enfermedad teniendo en cuenta las consecuencias sociales y sanitarias que implica su tratamiento. Los eurodiputados ya han solicitado a la Unión Europea que se establezcan medidas para declarar al Alzheimer y otros tipos de demencia como una prioridad para el sector salud.
Fuente: http://www.consumer.es/web/es/salud/psicologia/2011/03/04/199237.php