Cuando todo ha terminado para un paciente de Alzheimer, aún es posible hacer una gran contribución a la lucha contra esta terrible enfermedad. Donar el cerebro a un banco de tejidos hace posible la investigación sobre tejido humano, y a la vez permite conservar la historia de una enfermedad individual y obtener su diagnóstico definitivo. El tejido donado a un banco de cerebros se conserva allí indefinidamente, y el banco lo pone a disposición de los investigadores de acuerdo con unos estrictos protocolos de acceso.
Además, en el laboratorio del banco cada cerebro es sometido a un exhaustivo estudio que permite determinar todas las patologías que han intervenido en la enfermedad del paciente, y los familiares reciben un detallado informe neuropatológico.
El Banco de Tejidos CIEN (BT-CIEN), integrado en la Fundación CIEN (Instituto de Salud Carlos III) es el único banco de cerebros de ámbito nacional en nuestro país.
El BT-CIEN es el heredero de una iniciativa, promovida por un grupo multidisciplinar de profesionales sanitarios e investigadores, que dio lugar a la creación en 1996 del Banco de Tejidos para Investigación Neurológica en la Facultad de Medicina de la Universidad de la Complutense de Madrid. Desde entonces, esta iniciativa ha dado lugar a la creación de un biobanco en el Hospital Universitario Fundación Alcorcón, y ha contribuido a la puesta en marcha de bancos de cerebros en distintas Comunidades Autónomas (Murcia, Castilla-León y Andalucía). Junto a otros bancos de tejidos neurológicos ya consolidados, en Cataluña, Navarra, País Vasco y Galicia, es previsible la creación en el futuro de una Red Nacional de Bancos de Cerebros. Esta Red debería cumplir dos objetivos fundamentales. Por un lado, promover y permitir la donación de tejido cerebral en cualquier punto del territorio nacional, y, por otro, poner todos sus archivos de tejido a disposición de los investigadores de forma coordinada.
Disponemos hoy en España de 12 bancos de cerebros consolidados, distribuidos por distintas Comunidades Autónomas. También en el ámbito ético-legal se han producido avances importantes. Desde 2007, la investigación basada en muestras humanas está regulada por la Ley de Investigación Biomédica, y en 2011 se publicó el Real Decreto de Biobancos, que regula específicamente el funcionamiento de las entidades dedicadas a la obtención y cesión de muestras biológicas humanas.